Paso mis días, entre compromisos y responsabilidades, entre risas e informalidad,
escuchando trova y leyendo psicoanálisis, mirando esta verdad parcial,
creyendo que existe alguna utilidad en lo que hago, a veces creyendo que no,
fumándome un cigarro, y pensando en mis seres amados, pensando que quisiera estar con ellos,
en el más laxo de los escenarios, imaginando la escena, y retorno a mis deberes,
a regaña dientes, un poco perezoso, a veces un poco más, me activo entonces con un poco más de nicotina,
pero esta vez acompañada de cafeína, no de la colombiana, sino de la que me da María,
y siguen pasando los días, en esta misma tonada, una vida sin banda sonora,
una imagen que ya se siente pálida, una sonrisa que se me agota por momentos,
una espalda más curveada que hace unos años, un anhelo que ya desapareció,
un amigo que no veo casi, una novia que me enternece, una familia que me abraza aunque no me hable,
un miguel, que se me hace conocido, pero veo como un completo extraño.
