Hoy me concentre en tu recuerdo y recuerdo que ese día, tu corazón me hablaba a través de tus ojos y fueron solo momentos intermitente como un faro, me decías algo con tu mirada, ese algo que contradecía tus palabras y a pesar de que eres un faro, eres el náufrago también solo tienes que encender una antorcha de color rojo, para así autorizarme de llevarte a la costa sentirás miedo de tu sentir, pero yo estaré allí, confiando en voz, como voz en mí.
Sin pensarlo y desearlo encontraste mi huella esa huella desapercibida para tantos transeúntes de la playa pero tan importante para ti, tan inspirador para mi fue una aventura, como solíamos soñarla algo similar a los que nuestros poetas describían pero por fin llego nuestra oportunidad de vivirlo algo alucinante bajo la luz de una luna un tanto despistada una brisa llena de júbilo por nuestro arribo un lugar lleno de magia que siempre quedara es nuestro recuerdo más allá que cualquier medio moderno de almacenamiento y te confieso mujer, que esta vez, también todo fue nuevo para mi
llevo el aroma de la vela roja que me enciende cuando pienso en ti, llevo el recuerdo de tu cabello que me eriza cuando te siento en mí, llevo el sabor de tu boca que me provoca cuando posas tus labios en mí, llevo la imagen silueta que tan gustosamente traes a mí, llevo las palabras que sanaron... la curita para mí, como el más preciado de los tesoros que habita hoy en mí.