¿Que tal tu soledad?
¿aún muy concurrida?
la mía bien gracias, acompañada de vino tinto, y lecciones de amor
ya no me distraigo con tragedias griegas, hoy escucho divertimentos
procuro estar atento, aunque me cueste litros de cafeína
ya no invento excusas para vivir, son las excusas quienes me inventan a mí, para excusarse frente a otras excusas.