Gracias por este trocito de vida
por recordarme sin querer una vez más que no solo existe mi punto de vista
gracias por esas tardes felinas, cúspide del verdadero propósito de existir
por la respuesta espontánea de tu risa que acompaña un corazón saludable
gracias por la alusión de la importancia de lo trivial
por las caricias infringidas a mi cuerpo delgado como espiga
gracias.