Mi abuelo el poeta, murió de la única forma que puede morir un poeta, fue su corazón el que fallo
la tierra caía sobre el féretro y recordaba sus palabras, recordaba su mirada de niño atrapado en el cuerpo de un anciano
se conjugaba esta situación con lágrimas de aprendiz de poeta, y mi sollozo para ese momento ya me impedía escuchar mis pensamientos
luego, cuando mi mente por fin retomo el hábito de respirar, este llego de la misma forma que aparece la vida luego de pensarla tanto, con un profundo y sentido suspiro.